Tu historia comienza con una sonrisa diferente, más o menos
como un amanecer cálido de esos que invitan al juego.
Tu historia y la mía inician con un abrazo distinto, parecería
ser que me pierdo sintiendo como tus brazos se enredan entre los míos.
Y así nuestra historia, está escribiéndose con letras
saltarinas, coloreada con graciosas fantasías que me traen recorriendo otros
mundos, tus mundos, alegóricos todos ellos, como si de un festejo eterno se
tratara.
Basta con encontrarme al paso de tu mirada y todo se
transforma, me arrancas un sonrisa de lo cual a veces ni siquiera soy
consciente, y entonces siento tu mirada. Saberme el centro de tu atención me
embelesa escondiéndome ansioso de que me encuentres.
Tu historia, que sea larga, más larga que la mía. Escríbela
con varios cuentos de las profundas maravillas. Escríbela con tus sueños. Que
nadie te detenga. Que sea tu historia y que llegue más allá de donde llegue la mía.